El presidente, Luis Guillermo Solís, expresó hoy su preocupación por el efecto que pueda tener el bajo crecimiento económico en la generación de empleo, tal como lo prevé el Banco Central de Costa Rica para el cierre de este año.
Tras conocer que el Central redujo de un 3,4% a un 2,8%, el mandatario reconoció la posibilidad de un efecto directo sobre las cifras de empleo, en especial en las zonas rurales y costeras, por el deterioro en la producción agropecuaria.
«El empleo no va a mejorar sustantivamente. Habrá un efecto fuerte en el campo, con los trabajos menos calificados en el sector de banano, pero también ayote, papaya y lácteos, eso nos tiene agobiados», dijo el presidente, tras una reunión de casi dos horas con empresarios del sector exportador.
«El desempleo está un poquito más del 10% en lo nacional, pero sabemos que en el campo es más alto», apuntó Solís.
Los factores de perjuicio a la economía, según el Banco Central, son el efecto del cambio de operaciones de la trasnacional Intel, una baja inversión en infraestructura y el daño que el clima causa en la producción de productos importantes, como banano y piña.
El mandatario dijo que estos son factores «no atribuibles al Gobierno», aunque reconoció que ha habido un insuficiente esfuerzo en aumentar la inversión en infraestructura.
Rechazó que haya desconfianza del sector empresarial y aprovechó para subrayar la necesidad de una reforma fiscal para evitar un agravamiento del déficit.
«Si no llegamos a un acuerdo, el año siguiente podríamos llegar al 6,5% y así hasta un 17% o 18% de déficit», argumentó.
Esto porque el Banco Central también ajustó la previsión del déficit para el cierre del año, que no será ya de un 5,7% originalmente previsto a un 5,9%, la cifra más alta en los últimos 31 años.
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