Mujeres predominan en carreras con el mayor desempleo

La mancha del desempleo empaña a las carreras en las que más predominan las mujeres.

La presencia femenina abunda en profesiones como el trabajo social, la educación preescolar y las relaciones internacionales, todas ellas con una tasa de desempleo de dos dígitos.

Aunque la brecha de género en el acceso a un título es relativamente baja en las universidades públicas, las carreras más demandadas por el mercado tienen una alta porción de presencia masculina.

Así lo muestra un análisis realizado por EF con base en datos proporcionados por las universidades estatales.

La mayoría de ingenierías, por ejemplo, tienen porcentajes de desempleo menores al 3%, pero las profesionales en estos campos representan una porción que no llega a la mitad del pastel (con excepción de algunas ramas, como la arquitectura y la industrial).

La situación preocupa a las empresas que buscan a este tipo de profesionales, pero también a los demógrafos y estadísticos.

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Conforme la población económicamente activa se estrecha, se hace cada vez más necesario atraer a las mujeres al campo laboral en carreras en las que se puedan insertar con mayor éxito.

Que las mujeres se concentren en carreras con menores posibilidades de encontrar trabajo, entonces, afecta la economía de todo el país y no solo a esa mitad.

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El análisis

Estas son algunas de las principales conclusiones de un análisis de EF en el que se tomaron en cuenta los títulos emitidos por la Universidad de Costa Rica (UCR), la Universidad Nacional (UNA), el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED).

Los datos muestran la cantidad de graduados segregados por género y por carrera, desde 1984 y hasta el 2014 (en el caso de la UNA) o 2015 (para la UCR, TEC y UNED).

Para estas cuatro universidades estatales, se tomaron en cuenta los datos tanto de la sede central como de sus sedes en los diferentes cantones del país.

También se unificaron en una sola cuenta las licenciaturas, los bachilleratos y algunos diplomados que figuraban en las listas de las áreas académicas.

La información se analizó a la luz de los datos disponibles en línea de un estudio realizado por el Consejo Nacional de Rectores (Conare) que muestra la tasa de desempleo y de ocupación en las carreras universitarias en universidades públicas.

Esta investigación se dio a conocer el año pasado.

Cierre de brechas

Pese a su baja representación en las carreras más atractivas para el mercado laboral, las mujeres han logrado que la distancia entre ellas y la universidad sea cada vez menor.

El caso más evidente es el del TEC, institución en que la brecha de género en la emisión de títulos pasó de 65 puntos porcentuales en el último quinquenio de los 80 a 18 puntos entre el 2010 y el 2014.

Para este análisis, se entiende como brecha la resta del porcentaje de hombres que se gradúan menos los títulos obtenidos por las mujeres.

Aunque en el TEC ha aumentado significativamente la proporción de mujeres que obtienen un título, no es necesariamente en las carreras más técnicas en las que ellas llenan pupitres.

Los casos en los que la emisión de títulos para hombres y mujeres es más equitativa se agrupan en torno a la administración y la gerencia de proyectos.

Es una buena noticia si se toma en cuenta que las ciencias económicas, en general, tienen un desempleo menor del 5%, según el estudio del Conare.

“Como absorben un alto porcentaje de la matrícula global, generan un efecto compensador en las estadísticas promedio”, indica el último informe del Estado de la Educación.

En el otro extremo está la Universidad Nacional, cuya matrícula y graduación está poblada de mujeres en mayor medida que de hombres. Una tendencia que se mantuvo durante las últimas dos décadas.

Sin embargo, tiene el mismo lunar que el resto de las universidades: en computación, su carrera más técnica, el porcentaje de hombres que se gradúan es abrumadoramente mayor (48 puntos porcentuales más amplio).

Computación, de hecho, tiene preponderancia masculina en todas las universidades públicas.

En la UCR, informática es una de las tres ingenierías en las que prevalece la mayor brecha, junto a la ingeniería mecánica y la ingeniería eléctrica.

En general, la Universidad de Costa Rica ha aumentado ligeramente la proporción de títulos otorgados a hombres en comparación con los dados a mujeres.

Los años, sin embargo, no han pasado en vano en algunas de sus carreras más técnicas.

En ingeniería civil, la brecha cayó de 57 puntos en los últimos años de la década de los 80 a 25 puntos entre el 2011 y el 2015, en promedio.

En industrial, esa diferencia se hace mucho más evidente, pues pasó de 58 a 15 puntos.

De hecho, ya en el 2015, la graduación de ingenieros industriales se pobló casi de tantas mujeres como de hombres.

Su caso es uno de los más exitosos entre las universidades públicas del país.

Después de varios años de implementar el programa Mujeres en ingeniería, junto al Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos, los frutos comienzan a recogerse.

El programa consiste en darle capacitación a alumnas desde que están en el colegio para interesarlas en la materia industrial, comentó la consultora de género Melania Solano, funcionaria de la UCR y gerente de Sime Consultoría, especializada en sistemas de gestión de igualdad para las empresas.

Las compañías más interesadas en este tipo de profesionales también han comenzado a tomar responsabilidad y han empezado a cultivar el interés desde las bases, con talleres y concursos exclusivos para niñas.

Las razones

¿Qué hace que la masa de mujeres estudiantes se inclinen por carreras cuyos salarios son más bajos y cuya oportunidad de encontrar trabajo es más baja?

No es, en definitiva, su capacidad para desarrollar tareas complejas ni su falta de interés en la materia técnica o científica.

Según datos recopilados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, (OCDE) por cada dos mujeres adolescentes de 15 años que tienen bajo rendimiento en matemáticas, ciencias y lectura, hay tres varones en condiciones similares.

Sin embargo, cuatro veces más muchachos se plantean tomar una carrera técnica que las mujeres que planean hacerlo.

¿Por qué?

“La división de género entre los padres, maestros y empleadores, consciente e inconsciente, es parcialmente responsable”, indica el informe de la OCDE “El ABC de la igualdad de género en la educación”.

Thaís Aguilar, especialista en género, coincide en que los procesos de aprendizaje desde que las niñas están en casa afectan profundamente sus decisiones a largo plazo.

“Si la educación básica no se estimula y no se toman acciones afirmativas serias, sostenidas, de largo plazo en las escuelas y colegios públicos y privados, no se puede avanzar”, explicó la consultora.

La buena noticia, opinó el subsecretario general de la OCDE, Stefan Kapferer, durante la presentación del informe, es que la solución no son las reformas profundas en la educación sino el diálogo entre las partes, estimulando la participación de los padres.

¿Y la paternidad responsable?

Algunas jóvenes también toman decisiones pensando en su futura vida laboral y el equilibrio que le obliga la sociedad a lograr con su vida familiar.

Entonces, atraer a las mujeres a estudiar ingenierías no es solo cuestión de enseñarles más ciencias y más matemáticas en las escuelas y colegios, sino de crear condiciones laborales para balancear sus tareas.

¿Y para eso hay que darle más beneficios a los hombres? Es probable que sea necesario.

En la medida en que los hombres también reciban la venia de sus empleadores en cuanto al cuido de hijos y las responsabilidades familiares, las condiciones podrían comenzar a mejorar para las mujeres, explicó Solano.

En ese contexto, las mujeres tendrían no un apoyo, sino un compañero real con el mismo recargo de funciones familiares que ella para tener cargos de mayor responsabilidad y en profesiones de mayor demanda.

Noticia obtenida de:

Buen Trabajo Costa Rica - Noticias El Financiero