Sykes quiere contratar 500 personas este año en Guanacaste. El reto es encontrarlas

Sykes llegó a suelo guanacasteco a finales del 2020 y se convirtió en la primera multinacional del segmento de servicios en poner un voto de confianza en la diversificación de la oferta laboral de la provincia.

La promesa de la compañía es generar alrededor de 500 puestos de trabajo a lo largo del 2021, adicionales a los poco más de 100 que contrató a finales del 2020. Esta ambiciosa meta implica un reto: encontrar el capital humano con el nivel de inglés y las habilidades requeridas para llenar las vacantes, según el director de Asuntos Corporativos de Sykes, Roy Mena.

Más allá de profesiones, Sykes busca habilidades. La mayor parte de las contrataciones son en servicio al cliente, pero también hay oportunidades en tecnologías como programación, ciberseguridad y Big Data.

La multinacional está formando a personas de la provincia en el dominio del inglés para la empleabilidad, es decir, que cumplan con el nivel requerido para ser contratadas. Los requisitos: tener secundaria completa y más que una base del idioma.

En marzo, Sykes realizará una feria en las instalaciones del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) en Liberia para identificar a unas 1.000 personas que quieran ingresar a la academia.

Mena conversó con La Voz de Guanacaste sobre los planes de la compañía y las iniciativas para convertir a Liberia en “un polo de servicios tecnológicos”, que sirva de ejemplo para luego aplicar la estrategia en lugares como Limón o Pérez Zeledón.

A continuación, un extracto de la entrevista:

-¿Por qué Sykes eligió a Guanacaste?

Nosotros ingresamos entonces a Guanacaste, sí, con la idea de poder favorecer la región, de poder generar impacto en la sociedad, de poder generar impacto a través del desarrollo del talento y generar empleos de calidad que nos permitan a nosotros la sostenibilidad de nuestros negocios, la capacidad de seguir creciendo en el tiempo y también, que los costos operativos sean un poquito más reducidos que en el Gran Área Metropolitana, donde todas las empresas luchan por el mismo talento.

-¿A qué se debe esa reducción de costos?

Porque los porcentajes de rotación son más bajos. Entonces, usted no tiene que estar en esa inversión continua de recambio, recambio, recambio, recambio, recambio de personal.

Eso es uno de los más grandes debilitadores de nuestra industria. Tenemos, en ciertos segmentos, hasta un 50% de rotación por año. Es mucho.

Pero en Guanacaste, tenemos una población de más de 400.000 personas. El 30% de esas personas están entre los 16 y los 35 años. Por lo menos la mitad de esas personas, estamos hablando de más de 100 mil, tiene secundaria completa. Y de esas, más de 50 mil personas con secundaria completa muchos son jóvenes que están sin empleo.

Tenemos gente que habla inglés, gente que medio habla inglés y gente que quiere aprender a hablar inglés, pero para la industria del turismo. Porque si quieren aprender o hablan inglés, y quieren entrar al mundo de los servicios corporativos de las multinacionales, tienen que irse para San José.

La industria pasó de cinco empresas a más de 180 empresas y de esas menos de 1.000 personas a más de 82 mil personas hoy bilingües. Pero todo está concentrado en el GAM».

-¿Qué avances puntuales de la provincia los impulsaron a instalarse aquí?

Creo que en primera instancia la presencia de universidades públicas es un acierto, con acceso gratuito a la educación y con programas también de impacto social, de proyección social, donde la gente pueda a un costo más asequible estudiar algunas cosas como el inglés.

Si bien es cierto no les mueve mucho la aguja, porque una persona que tiene un nivel bajo de inglés a través de sus programas de dos años llega apenas a la mitad de la tabla, es mucho más asequible que pagar un instituto.

Otro acierto son los CTP’S, los colegios técnicos profesionales. Lo que pasa es que no son suficientes.

El mejor acierto lo tiene este Gobierno con la estrategia de Alianza para el Bilingüismo (ABi). Anunció 5.000 millones de colones para desarrollar las capacidades lingüísticas e idiomáticas de las personas que quieren hacerlo, a través de institutos, de entidades que estén acreditadas y que tengan buenos programas.

En el 2017 abrimos la academia [Sykes Academy] y desde entonces habíamos admitido cerca de 10.000 personas. Con ABi firmamos un convenio en donde le garantizamos al Gobierno la admisión de 3.000 personas por año para los siguientes cuatro años. Nosotros tomamos un 40% del talento que mejoramos y el otro 50-60% lo liberamos al mercado.

-¿Cómo funciona el convenio?

Los primeros pasos del convenio nacen en el 2014, cuando vimos que cuatro de cada 10 candidatos nos decían que no podían aceptar la oferta de la academia porque nos decían: ‘yo necesito trabajar, en mi casa no puedo estar un día más así, no me permiten llegar sin un trabajo’. Y le estamos ofreciendo uno, dos, tres, cuatro meses de estudio  [sin un salario].

Entonces, le hicimos ver al Gobierno que estamos generando empleo, el sector genera mucho empleo, la oferta del talento es baja y la demanda es mucha, por lo que necesitábamos que generaran un subsidio para el candidato que nosotros admitimos.

Y así fue como construimos el convenio. Pero fue más allá. Pedimos que de ese subsidio, una parte venga para nosotros [para ampliar la capacidad de enseñanza] y para las universidades o institutos que repliquen nuestro modelo.

Nos dimos la mano y desde abril del 2019 la estrategia ABi nos brinda el subsidio. En ese mismo 2019 invitamos a Universidad Invenio a ser parte, ellos replican este modelo, y en alianza también con Solarium [parque industrial de Liberia], en coordinación con Cinde y trabajando con el Ministerio de Trabajo creamos una estrategia para comenzar a desarrollar el talento que íbamos a contratar a final de año en Guanacaste».

-Desde finales del 2020, ¿cuánto talento han localizado y formado en Guanacaste?

Se revisaron en total 3.000 personas aproximadamente, de los cuales cerca de 700 personas cumplían con los requerimientos de inglés bajo o intermedio y bachillerato. Pero algunos venían desde muy abajo con el nivel del 70% de inglés y sólo se maduró una por cada cinco, lo cual es lamentable.

-¿Por qué tantos abandonaron el programa?

Había un tema tal vez de expectativa. Nosotros no podíamos decir antes de setiembre que veníamos a abrir operaciones. Entonces, la forma en que se presentaba el curso era de una forma muy aspiracional: mejore su inglés y mejore sus posibilidades de empleabilidad. Pero no podíamos decir que nosotros los íbamos a contratar porque todavía no podíamos avisar, algo deseable.

En total, fueron 170 personas graduadas, de las cuales también algunas de ellas no necesitaban trabajar y dijeron que por ahora no podían porque están en la universidad u otros proyectos, pero el otro año sí.

Y de esas, tuvimos cerca de 100 personas que se contrataron gradualmente. Creo que ya pasamos las 100 personas.

-¿Cuántos cupos tienen disponibles en la academia?

Comenzamos con una campaña virtual, la tarde del lunes y martes [8 y 9 de febrero]. En el próximo mes [marzo] vamos a tener una feria presencial en una de las instalaciones del INA, junto con Cinde y el Ministerio de Trabajo, para poder atraer toda la mayor cantidad de gente posible para nuestras operaciones, pero con el fin también de identificar no menos de 1.000 personas que entren en nuestra academia.

Tenemos 1.400-1.500 cupos disponibles para la academia. Nosotros estamos hablando de este año, pero el INA tiene que comenzar a atraer gente para el 2022. Entonces el INA vendrá a ofrecer otros 1.000 o 1.500 cupos».

-¿Creen que esta vez sí llenarán esos espacios?

Bajo esa lógica, sí, estamos pensando que ya con un mayor compromiso, con una expectativa más clara de empleabilidad, podemos apuntar a graduar uno de tres, si empiezan ahí abajo. Recordemos que si ellos empiezan arriba, la tasa de graduación es mucho más alta.

-¿Los interesados en ingresar a la academia deben tener una base del idioma? 

Más que una base, media tabla. Estamos hablando de gente que viene por un empleo. Nosotros promovemos el empleo, usted atiende a nuestro llamado y se le van haciendo las evaluaciones.

Si hablamos en términos porcentuales entre 85% y 90% es lo que la industria utiliza para contratar. Nosotros hablamos de un 85%.

-¿Cuántos puestos generarán este año?

Este año tenemos 500 posiciones. Pero, ¿tenemos 500 personas que hablen inglés alto, con bachillerato o con otras competencias técnicas, esperando por un empleo? No lo sé. Pero son 500 posiciones que estamos ofreciendo y que necesitamos encontrar y desarrollar.

-500 personas este año, ¿en cuántos meses?

Estamos hablando de que necesitamos contratar 50 personas por mes. Ya tenemos las que graduamos en enero, y estamos graduando en febrero también un buen número y vamos hacia adelante con algunos numeritos.

Pero necesitamos encontrar gente que tenga el inglés listo y gente que también esté cerquita de ese nivel de inglés para que su proceso de formación sea lo más corto posible».

-¿La provincia tiene el potencial para atraer a más multinacionales? 

Esa es la apuesta. La apuesta es no solamente crear 600 empleos o más que tenemos capacidad de hacerlo, sino hacer de Liberia el segundo polo de desarrollo del país, donde otras empresas similares a las nuestras se vayan uniendo a través del camino conforme el talento humano exista. Y de aquí a cinco o 10 años, tener la misma experiencia del GAM.

Y por eso es que los gobiernos se han involucrado en esto. Por eso es que Cinde ha sido uno de los más grandes abanderados, digamos, en ese tema. Además, tenemos un gran socio estratégico en Solárium que ha apostado también a contribuir con esta causa dentro de sus posibilidades para hacer de Liberia ese polo de desarrollo de servicios de alta tecnología que estamos buscando.

¿Es un tema romántico? No. Tiene que ver con sostenibilidad, que tienen que ver con proyección a largo plazo.

El gran área metropolitana está saturada. Tenemos que sacar negocios a otros lugares y que Liberia sea el primer espacio donde lo logremos para ir a replicarlo después a Limón, después a Pérez Zeledón.

 

Fuente: La voz de Guanacaste