Política pública e influencia, empleabilidad, exportaciones y cadenas de valor y medición de impacto son los objetivos propuestos por COMEX, PROCOMER y CINDE.
San José, 30 de abril de 2021. Con el objetivo de potenciar, conectar y empoderar a las mujeres de Costa Rica a través del comercio exterior; las instituciones del sector -el Ministerio de Comercio Exterior (COMEX), la Promotora del Comercio Exterior (PROCOMER) y la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (CINDE)- presentaron esta mañana una estrategia que promueve la igualdad de género y pretende habilitar más oportunidades para esta población.
Tomando como punto de partida el objetivo #5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), así como el propósito, de generar Desarrollo Sostenible para Costa Rica, que une a las tres instituciones de Comercio Exterior, se lanza esta estrategia que, a su vez, responde a una brecha importante que hay en el país en cuanto a la igualdad de oportunidades para las mujeres.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, los países que brindan mayores oportunidades económicas a las mujeres son más competitivos en la economía mundial, y lo cierto es que en Costa Rica el 57% de personas con título universitario son mujeres, porcentaje no proporcional al 38% de representación femenina en el empleo nacional.
“Estamos conscientes de que las mujeres enfrentan múltiples barreras para lograr involucrase en la economía del país y que se requiere del apoyo de múltiples sectores, no únicamente el del Comercio Exterior. Sin embargo, hoy estamos presentando una estrategia ambiciosa de nuestro sector y esperamos que esto ayude a abrir más oportunidades para el desarrollo profesional de las mujeres en Costa Rica. Por eso hoy, además de presentarles este plan de trabajo que desarrollaremos desde las tres instituciones, hacemos un llamado a otros sectores para que formemos redes interinstitucionales y trabajemos juntos para reducir las brechas de género, involucrar a más hombres como aliados a la causa e impulsar el desarrollo inclusivo y sostenible”, afirmó el Ministro de Comercio Exterior, Andrés Valenciano.
La estrategia del sector contempla cuatro objetivos estratégicos:
- Política pública e influencia: con el cual se buscará tener mayor incidencia en política pública y en el cambio cultural requerido, de acuerdo con buenas prácticas internacionales.
- Empleabilidad: pretende desarrollar y certificar capacidades para la empleabilidad y la inserción y retención laboral de las mujeres en el sector de comercio exterior.
- Exportaciones y cadenas de valor: busca aumentar la participación de las mujeres en el sector de comercio exterior, a través de las exportaciones y los encadenamientos
- Medición: pretende establecer mecanismos de medición que sustenten las acciones de la estrategia.
El Ministro Valenciano agregó que en el objetivo de política pública se contemplan una serie de acciones como alianzas estratégicas con entidades rectoras e interesadas en igualdad de género, participación en foros nacionales e internacionales para conocer y hacer intercambio de buenas prácticas que promueven la participación económica de las mujeres.
Por su parte, Micaela Mazzei, Chief of Staff de PROCOMER y una de las personas líderes de esta estrategia, explicó que se sabe que a nivel mundial las empresas a cargo de mujeres son más propensas a exportar que a importar, además que emplean relativamente a más mujeres, es por esta razón que se trabajará en el fortalecimiento de capacidades de estas empresas y el diseño de programas y proyectos enfocados en las necesidades de esta población.
“Según el estudio que hicimos en PROCOMER en el 2019, del 100% de empresas que exportan, solamente el 14% son lideradas por mujeres, lo cual representa tan solo un 2% del total de exportaciones del país. El mismo mapeo arrojó las dificultades más comunes que afrontan las empresarias, relacionadas a financiamiento, transformación productiva, contactos comerciales, capacitación, entre otras. Reconocemos el talento y potencial exportador de la población femenina costarricense, por lo que estamos desarrollando programas y acciones concretas en respuesta a estas brechas, con la intención de brindar el apoyo necesario para que más empresarias costarricenses puedan sacar provecho de las oportunidades que genera el sector de comercio exterior”, agregó Mazzei.
Por su parte, Paola Bulgarelli, Gerente de Proyectos Estratégicos de Clima de Inversión de CINDE y también una de las personas líderes de la estrategia del sector, añadió que el objetivo de la generación de empleo para las mujeres va más allá de capacitar a las mujeres y darles las herramientas que requieren para su inserción en la economía nacional. Sino que también tiene un componente de sensibilización en el sector privado y grupos de influencia, que pretende impactar en la cultura de las empresas para que sean más conscientes de que las oportunidades deben ser equitativas para mujeres y hombres.
“Nuestro objetivo es fomentar cada vez más que las mujeres accedan en igual medida a las oportunidades que ofrece la nueva economía del conocimiento. Solo en 2020, CINDE reportó que el 49% de los nuevos empleos creados por empresas multinacionales atraídas por la organización fueron ocupados por mujeres, esto queremos replicarlo a todos los sectores de la economía, comenzando por el sector de comercio exterior”, puntualizó Bulgarelli.
Finalmente, la medición, que es transversal a los tres objetivos anteriores, desarrollará herramientas de medición y trazabilidad relacionadas con inserción laboral, retención de talento, nuevas exportadoras, diversificación de mercados, entre otros; para empezar a generar datos y medir el impacto de las acciones para lograr tomar decisiones más acertadas.
Desigualdad de género en números
En promedio, las tasas de empleo son 20 puntos porcentuales más bajas en mujeres que hombres (Banco Mundial, 2020).
Información del Banco Mundial (2020) indica que con la situación actual de la pandemia por COVID-19, las pymes de mujeres tienen 6 puntos porcentuales más de probabilidad de cerrar que las lideradas por hombres.
En América Latina las mujeres representan el 50% de la población activa, sin embargo, representan sólo un 15% cómo emprendedoras (BID, 2020). En el mundo 1 de cada 5 empresas pertenece a una mujer.
En Costa Rica:
Estudio de la OCDE indica que Costa Rica se encuentra rezagada en inclusión financiera, si bien se ha aumentado el acceso financiero, aún cuenta con brechas importantes por regiones y por género.
57% de personas con título universitario son mujeres, pero solamente el 38% de las personas empleadas son mujeres (Hernandez, 2020).
En el 2017, aproximadamente un millón de mujeres en edad productiva no estaban trabajando de manera remunerada. Según la UCCAEP (2020) si estas mujeres ingresaran a la fuerza laboral el porcentaje aumentaría un 25-30%, la pobreza se reduciría del 20% al 11% y el PIB aumentaría un 0.5%
En CR hay 6 grandes sectores que absorben el 80% de la participación de mujeres: enseñanza, comercio, empleo doméstico, hoteles y restaurantes, comunicación y otros servicios y la industria manufacturera. Según INEC (2018) el porcentaje salarial de mujeres se sitúa un 11% por debajo del de hombres.
La reducción de desigualdades entre hombres y mujeres en el mercado laboral podría tener un gran impacto en la productividad y los ingresos. Por ejemplo, se estima que la pérdida de ingresos a largo plazo debido a la existencia de desigualdades de género en Costa Rica es del 22%, en comparación con un promedio del 15,4% para los países de la OCDE (Cuberes y Teignier, 2016).
Del mapeo realizado en 2020 por PROCOMER, se registró que las mayores dificultades para las empresas lideradas por mujeres fueron los altos costos de producción, falta de opciones de financiamiento y falta de contactos comerciales; para las empresas exportadoras destacan la falta de contactos comerciales, desconocimiento de instituciones de apoyo y los requisitos del comprador.
La reducción de las desigualdades entre hombres y mujeres en el mercado laboral también podría tener un gran impacto en la productividad y los ingresos. Por ejemplo, se estima que la pérdida de ingresos a largo plazo debido a la existencia de desigualdades de género en Costa Rica es del 22%, en comparación con un promedio del 15,4% para los países de la OCDE.