La situación de los jóvenes, entre 15 y 24 años, en el mercado laboral se ha ido precarizando.
Desde 2012, aumentaron los jóvenes en trabajos de baja calificación, mientras aquellos con puestos calificados, como profesionales medios y técnicos, han disminuido drásticamente.
Había unos 53 mil jóvenes con empleos de alta calificación en 2012, mientras que esa cifra disminuyó a 27 mil en 2016, casi un 50% menos.
Mientras tanto, los jóvenes empleados en ocupaciones de baja calificación pasaron de 90 mil a 106 mil en el mismo periodo.
La tendencia ha sido constante en el tiempo y demuestra la fragilidad de la economía para generar empleos de calidad.
A pesar de ello, la tasa de desempleo en jóvenes universitarios se mantiene dentro del promedio de los últimos años, alrededor del 19%.
Sin embargo, esto se relaciona con el incremento de jóvenes que solo se dedican a estudiar y, por lo tanto, no buscan empleo.
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